Ki Tavo (Cuando entres)
Porción de la Torá: Ki Tavo (Cuando entres)
Lectura de la Torá: Deuteronomio 26:1–29:8
Lectura Profética (Haftará): Isaías 60:1–22
“Obedece a Dios y recibe bendición”
En la porción de la Torá de esta semana, Moisés predice la entrada de Israel a la Tierra Prometida y un ritual importante por el cual pasarán los Hijos de Israel. Este ritual involucraba a las 12 tribus colocándose en dos montes: el monte Grizim y el monte Ebal. El monte Grizim está asociado con la Bendición, mientras que el monte Ebal está relacionado con la Maldición. Lo interesante es por qué Shimón, Leví, Yehudá, Isacar, Yosef y Binyamín son ordenados a pararse en el monte Grizim; mientras que Rubén, Gad, Asher, Zabulón, Dan y Naftalí son asignados al monte Ebal.
Las primeras seis tribus mencionadas en este pasaje provienen de Leá o Rajel (Raquel). Estas dos mujeres eran parte de la familia de Abraham. Abraham está asociado con la Bendición. Todas las otras tribus, excepto Rubén, provenían de Bilhá o Zilpá, quienes eran siervas, y por tanto, están asociadas con la Maldición. ¿Por qué es esto así? La respuesta es que el pecado y la maldición van juntos. ¿Dónde se encuentra la idea del pecado dentro del texto? Es importante recordar que el primogénito de Jacob fue Rubén. Sin embargo, él no fue listado con los otros hermanos que venían de las matriarcas Leá y Rajel. ¿Por qué fue excluido Rubén? La respuesta se encuentra en el libro de Génesis:
“Y sucedió que cuando Israel (Jacob) habitaba en aquella tierra, Rubén fue y se acostó con Bilhá, la concubina de su padre; e Israel se enteró.”
Génesis 35:22
Este acto pecaminoso trajo una maldición sobre Rubén, ya que perdió su derecho como primogénito, y este fue dado a los hijos de Yosef (ver 1 Crónicas 5:1).
Un principio importante que debemos aprender de todo esto es que es la obediencia justa a la palabra de Dios, que se encuentra en la fe (la Fe Abrahámica), lo que posicionará a una persona para ser bendecida por Dios. Aquellos que están relacionados con el pecado y la esclavitud que acompaña al pecado serán posicionados donde experimentarán la maldición.
Ahora que se ha entendido esta verdad bíblica, cada persona debe elegir qué herencia va a abrazar: la fe del pacto de Abraham o la esclavitud representada por las dos siervas. Antes de la obra redentora del Mesías Yeshúa, era imposible elegir la bendición, pero ahora, como se lee en la lectura profética (Haftará) de esta semana:
“¡Levántate y resplandece, porque ha llegado tu Luz (el Mesías), y la Gloria de HaShem ha amanecido sobre ti!”
Isaías 60:1
Todo lo que uno necesita hacer para encontrar la bendición es prestar atención a las palabras de Juan, quien dijo:
“…caminen en la Luz…”
(ver 1 Juan 1:7)
Dr. Baruch Korman – 12 de Septiembre, 2025.
