Miketz (Desde el fin)
Porción de la Torá: Miketz (Desde el fin)
Lectura de la Torá: Génesis 41:1–44:17
Lectura Profética: Zacarías 2:14–4:7
“Por medio de HaShem podemos vencer”
La lectura de la Torá de la semana pasada comenzó a centrarse en José. José soportó mucho sufrimiento y persecución, a pesar de haber sido fiel. Aunque pasó varios años en prisión (12 años) y fue obligado a soportar trabajos duros, un día de liberación estaba a punto de llegar. Este día ocurrió exactamente dos años después de que el jefe de los coperos fuera liberado de la cárcel. José había interpretado el sueño que anunciaba que él sería restaurado a su cargo.
Cuando este mismo jefe de los coperos escuchó que el faraón había tenido un sueño que deseaba interpretar, recordó a José. No es un accidente que este acontecimiento ocurriera dos años después de su liberación, ni es coincidencia que José montara en el segundo carro del faraón. El número dos puede transmitir varios conceptos al lector. El primero es el de una “elección” y el segundo es el de “sumisión”. La elección se basa en el hecho de que solo existen dos realidades en este mundo: el bien y el mal, y HaShem nos ha ordenado escoger el bien. En segundo lugar, la sumisión también puede relacionarse con el número dos, porque el número dos está llamado a someterse al número uno. En el caso de José, aunque fue puesto a cargo de la tierra, todavía debía someterse al faraón.
En última instancia, José no servía al faraón, sino al verdadero número uno: HaShem. Pues solo cuando sometemos todas nuestras decisiones bajo Su autoridad reflejamos que somos Su pueblo. El faraón reconoció que el Espíritu de D-s estaba en José y, por lo tanto, ordenó que José gobernara sobre todo. Esta posición conllevaba la responsabilidad de que Egipto estuviera en mejores condiciones gracias al liderazgo de José.
El faraón en realidad tuvo dos sueños, pero José entendió correctamente que ambos transmitían el mismo mensaje: habría siete años buenos seguidos por siete años malos. José comprendió un principio bíblico fundamental: no siempre se puede evitar el mal; más bien, el hombre de D-s está llamado a vencer el mal con el bien. Esto es exactamente lo que José hizo. Utilizó el bien que HaShem proveyó para vencer el mal que vendría después.
Este hecho nos enseña una verdad importante de las Escrituras: D-s provee los recursos que Su pueblo necesita para superar los tiempos difíciles, pero es necesario ser un buen administrador de esos recursos para que estén disponibles cuando se necesiten. El problema es que, con demasiada frecuencia, los creyentes no piensan lo suficiente en el futuro. Viven para el momento, sin darse cuenta de que los tiempos difíciles siempre están por venir.
El texto dice al lector que José tenía el Espíritu de D-s dentro de él para revelarnos que, sin la morada del Espíritu Santo, es imposible ser un buen administrador y los vencedores que HaShem espera que Su pueblo sea. El último punto que deseo destacar de este texto es que la obediencia de José también bendijo a muchas otras personas. Al final, José cuidó de su familia, Israel, y cuando Israel es bendecido, también lo son todas las naciones.
Dr. Baruch Korman – 19 de Diciembre, 2025.