Shalom, y bienvenidos a una nueva enseñanza expositiva del Dr. Baruch Korman, profesor titular del Instituto Sera Abraham en Israel. Aunque las clases del instituto se imparten en hebreo, el Dr. Baruch comparte semanalmente estas enseñanzas en inglés con doblaje al español, gracias al ministerio Amarás a Israel.
En esta lección profundizamos en un tema crucial para la vida espiritual: el discernimiento. La Escritura nos enseña que quienes caminan bajo la guía del Espíritu y están comprometidos con la Palabra de D-os pueden comprender lo que las personas viven, sienten y atraviesan espiritualmente. El pasaje central de este estudio es 1 Samuel capítulo 1, donde encontramos importantes lecciones sobre el carácter, la oración, la humildad, el sufrimiento y la fidelidad de D-os.
El Líder sin Discernimiento: Elí
El capítulo nos presenta a Elí, el sacerdote de Israel en ese periodo. Aunque era un hombre de D-os, carecía de discernimiento espiritual. No supo gobernar bien su casa y pronto veremos fallas importantes en su papel como líder espiritual.
Sin embargo, este detalle bíblico revela algo profundamente alentador:
D-os usa a personas imperfectas.
Nadie —excepto el Mesías— ha caminado sin pecado. Yeshua, totalmente hombre y totalmente D-os, jamás violó la Palabra. Pero todos nosotros fallamos. Aun así, D-os puede utilizar nuestras vidas cuando nos mantenemos humildes, sensibles y dispuestos a arrepentirnos.
Ana: Un Corazón que Sufre y Adora
La protagonista del capítulo es Ana, una mujer estéril que sufría profundamente por no poder cumplir el primer mandamiento dado a la humanidad:
“Sean fructíferos y multiplíquense.” (Génesis)
Ella no se quedó en su dolor, sino que llevó su aflicción al Tabernáculo para adorar a D-os. Su ejemplo es un modelo para todo creyente:
?? Cuando algo en tu vida no está en orden…
?? Cuando tu realidad no concuerda con las promesas…
?? Cuando el corazón está herido…
La respuesta es adorar, no quejarse.
Ana buscó a D-os con sinceridad. Oró desde lo profundo de su alma. Y aunque Elí malinterpretó su clamor creyendo que estaba ebria, ella le respondió con humildad:
“Soy una mujer de kashá ruaj: un espíritu en dificultad.”
Ana derramó su alma delante del Se-or. Ese acto es un principio espiritual fundamental:
D-os transforma al que se vacía delante de Él.
El Cambio Comienza en la Adoración
Elí finalmente comprendió la verdad de su condición y declaró una palabra profética sobre ella:
“Vete en paz, y el D-os de Israel te conceda la petición que le has hecho.”
Ana creyó, se levantó, comió, y su semblante cambió. La fe transformó su espíritu.
Poco después, “el Se-or se acordó de ella” —una expresión divina asociada a pacto y cumplimiento— y Ana concibió a Samuel, cuyo nombre significa:
“El nombre de D-os” o “D-os ha escuchado”.
Samuel se convertiría en uno de los profetas más justos y fieles de toda la Escritura.
Olam: Una Palabra Profunda
El texto declara que Ana permaneció “hasta olam”. Aunque normalmente significa “para siempre”, aquí apunta al Reino, recordándonos que este relato contiene principios eternos.
Cuando la Biblia usa ‘Olam’, quiere dirigir nuestra mirada al Reino.
El mensaje es claro:
D-os usa los procesos de esta vida para producir frutos eternos en nosotros.
Conclusión: D-os Escucha, D-os Responde, D-os Ordena
La historia de Ana enseña verdades poderosas:
- D-os escucha el clamor sincero.
- D-os trae orden cuando rendimos nuestra voluntad.
- D-os usa el dolor para formar nuestro carácter.
- D-os responde en Su tiempo, pero siempre responde.
Y un día, en Su Reino, cada oración fiel será contestada plenamente.
Shalom desde Israel.
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