Una de las declaraciones más trascendentes de toda la Escritura se encuentra en Génesis 12. Allí, D-os establece el pacto abrahámico, un pacto cuyo fundamento es la obra del Mesías y cuyo fruto es que todas las familias de la tierra sean bendecidas. Esta frase, aparentemente sencilla, revela algo profundo: la familia no es un concepto humano, sino una estructura diseñada directamente por D-os para cumplir sus propósitos eternos.

Desde el jardín del Edén, D-os estableció que el hombre no debía estar solo. Creó a la mujer como una ayuda idónea, no para ser rival, sino complemento; no para competir, sino para colaborar en el cumplimiento del propósito divino. La familia —hombre, mujer e hijos— fue diseñada como un pacto y como un reflejo del orden espiritual del Reino.

La Sumisión: Un Principio Espiritual para el Hogar

En Efesios 5, Pablo enseña que la vida espiritual debe alcanzar cada área de nuestro ser, incluida la familia. Habla sobre la sumisión, no como opresión, sino como un acto de humildad y confianza en D-os.

Cuando esto se aplica al hogar:

Este orden divino no es cultural ni temporal: es espiritual, eterno y diseñado para producir paz, crecimiento y madurez en el hogar.

El Rol del Hombre: Amor, Sacrificio y Responsabilidad Espiritual

La Escritura enseña que el marido tiene la responsabilidad de presentar a su esposa ante el Se-or, no en términos de salvación, sino de madurez espiritual. La condición espiritual de la esposa refleja el liderazgo espiritual del esposo.

El texto nos revela que:

Cuanto más se sacrifica un hombre por su esposa, más fruto espiritual recibe de ella. Este diseño no es humano; es divino.

La Unión del Matrimonio: Dos que Llegan a Ser Uno

Pablo cita el fundamento del matrimonio desde la Torá:
“Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su esposa, y los dos serán una sola carne.”

Hombres y mujeres son diferentes en diseño, propósito y manera de reaccionar ante la vida, pero esa diferencia es precisamente lo que los hace complementarios.
La unión matrimonial refleja la unión entre el Mesías y su iglesia, un misterio espiritual que revela el orden del Reino.

Hijos y Padres: Disciplina, Obediencia y Formación Espiritual

Efesios 6 continúa el tema familiar:

El padre no debe provocar a ira a sus hijos, sino criarlos en la disciplina, autoridad y admonición del Se-or. Los niños necesitan saber no solo qué hacer, sino por qué: porque obedecer a sus padres es obedecer a D-os.

Conclusión

La familia es el primer ministerio. Es el fundamento del pueblo del Reino. Cuando el hogar abraza los principios bíblicos —amor, respeto, obediencia, sumisión y liderazgo espiritual— se manifiesta el propósito del pacto abrahámico: que todas las familias de la tierra sean bendecidas.

Shalom desde Israel.

Más enseñanzas en: https://amarasaisrael.org

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