En Lucas 20:41–47 encontramos una de las revelaciones más profundas sobre la identidad del Mesías. Yeshúa Hamashiaj no es solo descendiente de David según la carne, sino Se-or eterno según el Espíritu.
Aquí, el Mesías mismo cita el Salmo 110 para mostrar que David llamó “Se-or” a su propio Hijo, demostrando así la doctrina de la divinidad y la encarnación: D-os mismo tomó forma humana para redimirnos.
A través de este pasaje, Yeshúa confronta a los líderes religiosos, advierte contra la hipocresía espiritual y llama a una fe genuina en el D-os encarnado, el Emanuel — D-os con nosotros.
La Divinidad del Mesías: Emanuel, D-os con nosotros
Desde los profetas, la Escritura anuncia que el Redentor sería llamado Emanuel (Isaías 7:14), “D-os con nosotros”.
Este título no es simbólico, sino literal: el D-os eterno se revistió de humanidad.
? “En el principio era el Verbo… y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros.” (Juan 1:1,14)
La encarnación no solo demuestra el amor de D-os, sino Su compromiso eterno con la redención.
El propósito: llevarnos a Su presencia. Por medio de la fe en la obra redentora del Mesías, recibimos redención eterna, perdón de pecados y acceso al Reino.
“El Se-or dijo a mi Se-or” — El misterio del Salmo 110
Yeshúa cita el Salmo 110:1:
“Dijo el Se-or a mi Se-or: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.”
David llama al Mesías “mi Se-or”, reconociendo Su autoridad divina. Solo hay una explicación: el Mesías es D-os mismo hecho carne.
El trono a la derecha del Padre simboliza gloria, poder y victoria.
Pronto, todos los enemigos de D-os —incluido Satanás— serán puestos bajo Sus pies.
?? “Toda rodilla se doblará… y toda lengua confesará que Yeshúa es el Se-or.” (Filipenses 2:10-11)
El Hijo de David, el Hijo de D-os
El título Hijo de David apunta a su linaje real. Pero al mismo tiempo, es Hijo de D-os por naturaleza.
Su misión: servir, obedecer y heredar el Reino.
El profeta Daniel vio esta escena profética:
? “Vino uno como Hijo de Hombre ante el Anciano de Días… y le fue dado dominio, gloria y reino.” (Daniel 7:13–14)
Solo a través de la encarnación, D-os se humilló para tomar carne humana, morir por nuestros pecados y ser exaltado en resurrección como Rey de reyes y Se-or de señores.
Advertencia contra la hipocresía religiosa
El Mesías advierte:
?? “Tengan cuidado de los escribas…”
Aunque conocían la Ley, su orgullo los traicionó.
Buscaban reconocimiento, vestían largas túnicas, amaban los primeros asientos y devoraban las casas de las viudas.
Eran apariencias sin obediencia.
D-os no busca religiosidad, sino corazones humildes y transformados.
? La verdadera espiritualidad no se exhibe, se vive.
Juicio para los falsos creyentes
Yeshúa concluye:
“Estos recibirán mayor condenación.”
El juicio será abundante para quienes usan la fe como fachada.
En contraste, los redimidos disfrutarán vida eterna, gozo y comunión en la nueva Jerusalén.
Hay solo dos destinos eternos:
? Presencia de D-os y gloria eterna
? Tinieblas, llanto y dolor sin fin
Conclusión: Elige al Emanuel
El D-os que se encarnó te invita a creer en Él.
Arrepiéntete, confía en la cruz y recibe el regalo de la redención.
Solo así serás parte del Reino eterno.
? “Cree en el Se-or Yeshúa, y serás salvo.”
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Shalom desde Israel. Que el Se-or te bendiga en Yeshua HaMashiaj.





