Jukat (La ley de)
Porción de la Torá: Jukat (La ley de)
Lectura de la Torá: Números 19:1–22:1
Lectura profética: Jueces 11:1–33
“Respondiendo al Mesías”
En la porción de la Torá de esta semana leemos un versículo único sobre el pozo del cual bebieron los Hijos de Israel. Sobre este pozo se dijo:
“Entonces cantará Israel este cántico: ¡Sube, oh pozo! Respondedle.” – Números 21:17
Lo primero que resalta de este cántico es su similitud con el Cántico de Moisés en Éxodo 15:1. Ambos versículos comienzan con la misma frase: “Entonces cantará…” También es significativo que en ambos casos el verbo está en tiempo futuro. Los comentaristas rabínicos ven el pasaje de Éxodo como un texto con doble cumplimiento: relevante tanto en los días de Moisés como en los últimos tiempos. Esta misma idea puede aplicarse al versículo en Números.
También resulta interesante que Israel cantó alabanzas al pozo que les dio agua, pero nunca a HaShem, quien les proveyó el maná. En el Nuevo Pacto leemos sobre la conexión simbólica entre el maná y el Mesías. En Juan capítulo 6, Yeshúa habla del pan (maná) que descendió del cielo y enseña al pueblo que Él es EL PAN DE VIDA (ver Juan 6:48–51).
Aunque Yeshúa se relacionó simbólicamente con el maná, la Escritura revela una relación aún más singular entre Él y el pozo. Pablo enseña que el pozo era el Mesías (ver 1 Corintios 10:4). En realidad, era la Roca que cubría el pozo la que era el Mesías. Parece que la Roca seguía a los Hijos de Israel en el desierto y les proporcionaba agua. Dondequiera que estaba la Roca, el “pozo” estaba debajo. Por lo tanto, puede decirse que, en verdad, el agua salía de la Roca y que no había un pozo como tal.
La última parte del versículo exhorta al pueblo a responder al “pozo”, es decir, a la fuente del agua. Este es el mensaje clave del cántico: Israel debe responder al Mesías para recibir el “don”. Es muy significativo que, en los versículos 18 y 19, el término don se use en relación con el agua. Los textos rabínicos entienden que este don se refiere a la salvación. Ahora se comprende fácilmente por qué y cómo Pablo enseñó que la Roca en el desierto era el Mesías.
Así como el pueblo tuvo sed en el desierto de lo que la Roca podía darles, nosotros también necesitamos ser llenos del Espíritu de Yeshúa, para poder continuar nuestro camino siguiendo la dirección de HaShem, y avanzar hacia el llamado superior que cada creyente ha recibido en el Mesías Yeshúa.
Dr. Baruch Korman – 4 de Julio, 2025.