¿El alma duerme al morir? ¿Existe el infierno? ¿A dónde vamos cuando morimos? Estas son preguntas profundas que muchas personas —incluso creyentes— se hacen en algún momento de sus vidas.
En este artículo basado en la enseñanza del Dr. Baruch Korman, exploramos con profundidad lo que la Biblia dice sobre el destino del alma después de la muerte, la existencia del paraíso e infierno, la promesa de resurrección y la esperanza eterna que sólo se encuentra en el Mesías.
El alma no duerme: está consciente después de la muerte
La Biblia no enseña que el alma duerme. Al contrario, vemos pasajes donde los muertos están conscientes. En Lucas 16, el Mesías narra el caso del hombre rico y Lázaro. Uno está en tormento, el otro en consuelo, pero ambos están plenamente conscientes.
“Dios no es Dios de muertos, sino de vivos” (Marcos 12:27)
Abraham, Isaac y Jacob están vivos, lo que confirma que los que mueren en la fe siguen viviendo, aunque su cuerpo haya muerto.
¿Qué era el seno de Abraham y qué es el Sheol?
Antes de la resurrección de Jesucristo, las almas de los muertos iban al Sheol, el lugar de los muertos. Allí existían dos compartimientos:
- El Hades o infierno (lugar de tormento)
- El seno de Abraham, también llamado paraíso
Cuando el Mesías murió, descendió al Sheol. Predicó a los que estaban en el Hades y llevó consigo al cielo a los justos que estaban en el seno de Abraham. Hoy, ese lugar ya no existe: los creyentes van directamente a la presencia de Dios.
¿Dónde va el alma hoy?
Actualmente, si un creyente muere, su alma va inmediatamente al cielo, a la presencia del Mesías.
“Estar ausente del cuerpo es estar presente con el Señor” (2 Corintios 5:8)
Quienes mueren sin haber aceptado el evangelio, van al Hades, donde están conscientes y en tormento, esperando el juicio final.
Dormir: una expresión de fe
Cuando la Biblia habla de que los muertos están “dormidos”, no significa que el alma esté inconsciente. Es un eufemismo de fe que expresa la esperanza de resurrección.
Jesús lo dijo con la hija de Jairo: “Ella no está muerta, sino dormida”. Luego, la resucitó. Este acto confirma que en Cristo tenemos poder sobre la muerte.
La esperanza bendita: el rapto y la resurrección gloriosa
En 1 Corintios 15 se describe que, cuando el Mesías regrese:
- Los muertos en Cristo resucitarán
- Los creyentes vivos serán transformados
- Todos se encontrarán con Él en el aire
Esta es nuestra esperanza bendita. Sin importar qué pasó con el cuerpo físico, Dios puede reunirlo y transformarlo en un cuerpo glorioso.
El juicio final: el gran trono blanco
Apocalipsis 20 revela que al final del reino milenial, habrá un juicio donde los muertos incrédulos serán resucitados, juzgados y condenados eternamente al lago de fuego. Todo aquel que no tenga su nombre inscrito en el Libro de la Vida será apartado de la presencia de Dios para siempre.
¿Cómo evitar ese juicio?
Reconoce que eres pecador, cree que Jesús murió por ti y confía en su justicia. Cuando lo haces, tu nombre es inscrito en el Libro de la Vida.
“La justicia de Dios, la justicia de su Hijo, me ha sido dada”
No por tus méritos, sino por Su gracia
La Biblia es clara:
- El alma no duerme
- Hay cielo y hay infierno
- La resurrección es real
- El juicio es inminente
- Y la salvación está disponible hoy
No importa tu pasado. Si confías en el sacrificio del Mesías, tu nombre puede ser inscrito hoy mismo en el Libro de la Vida.
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- Escucha este capitulo completo: ¿Qué sucede al morir y qué hay después de la muerte? Si creías que no hay nada, te sorprenderás